En el encuentro intercambiaron experiencias y conocimientos sobre prácticas agroecológicas, manejo eficiente del suelo, uso responsable del agua y técnicas de fertilización orgánica.

Uno de los ejes más destacados fue la incorporación del Trichoderma, un hongo benéfico que actúa como biofungicida natural, favoreciendo el control biológico de enfermedades en los cultivos y mejorando la salud del suelo. Los participantes aprendieron sobre su preparación, aplicación y beneficios, reforzando así el uso de insumos naturales como alternativa a los agroquímicos.

El taller forma parte de un plan de acción territorial impulsado por ICCA y Tierra Fértil, que busca consolidar modelos de producción más resilientes, inclusivos y respetuosos con el medio ambiente. Los participantes destacaron la importancia de estos espacios de formación y articulación para avanzar hacia una agricultura más justa y sostenible.